jueves, 21 de marzo de 2013

¿Tiene nuestro hijo un Trastorno por Deficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)?


El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), es un trastorno que se inicia en la infancia y cuyas características principales son: dificultades para mantener la atención voluntaria, hiperactividad y dificultades en el control de los impulsos.

Aunque se desconoce la causa específica de este trastorno, diversos estudios obtienen resultados sobre su origen neurobiológico.

En todos los niños, sobre todo los más pequeños, pueden aparecer comportamientos de falta de atención, hiperactividad e impulsividad, aunque la diferencia con los menores con TDAH es que los síntomas se presentarán durante mayores periodos de tiempo, con mayor intensidad y en distintas situaciones, interfiriendo de forma significativa tanto en su vida familiar como social y escolar. Los niños sin TDAH, irán adquiriendo capacidad de autocontrol propia de la etapa educativa con el trascurso de los años y las pautas educativas, sin embargo, en los niños con TDAH estas coductas persistiran.
  
Sintomatología:
Los síntomas del TDAH pueden presentarse en su totalidad o en parte.Tales síntomas pueden manifestarse diferentemente en función de la edad del paciente.

Según el Manual Diagnóstico DSM-IV TR, para poder realizar el diagnostico del trastorno debemos atender a la siguiente sintomatología:

 Debe darse 1 o 2:

1.
Seis o más de los siguientes síntomas de desatención deben haber persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:

Desatención:

  • a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades
  • a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas
  • a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente
  • a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones)
  • a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades 
  • a menudo evita, le disgusta o es reticente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos)
  • a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas)
  • a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
  • a menudo es descuidado en las actividades diarias
2.
Al menos seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:


Hiperactividad
  • a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento
  • a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado
  • a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud)
  • a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio
  • a menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor
  • a menudo habla en exceso
Impulsividad
  • a menudo da respuestas antes de haber sido completadas las preguntas
  • a menudo tiene dificultades para guardar tumo
  • a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos)
Otras manifestaciones de la impulsividad pueden ser: actuar sin pensar, hablar en momentos inoportunos, perder la paciencia con facilidad, mal humor o irritabilidad, no saber perder o pelearse por cualquier cosa o destrozar sus propias cosas o las de otros.

El Manual Diagnóstico Estadístico de Enfermedades Mentales DSM-IV, distingue tres subtipos:


Combinado: Se dan al menos 6 sintomas de desatención y 6 de hiperactividad a la vez al menos durante 6 meses.
Predominantemente Inatento: Se dan al menos 6 síntomas de atención, pero menos de 6 relacionados con la impulsividad- hiperactividad por un mínimo de 6 meses.
Predominantemente Hiperactivo - Impulsivo: Se dan al menos 6 síntomas relacionados con la impulsividad-hiperactividad pero menos de 5 en el ambito de la atención por un periodo minimo de 6 meses.

Los sintomas pueden estar presente antes de los 7 años pero será a partir de esta edad cuando pueda ser diagnosticado. Se da con mayor frecuencia entre los niños que entre las niñas en una proporción 4:1, y lo padecen tanto niños como adolescentes y adultos de todas las condiciones sociales, culturales y raciales.

En el caso de las niñas suele ser más frecuente el subtipo inatención con sintomatologia que podría ser dificiles de encuadrar como parte del trastorno y puede ser confundido con trastornos emocionales o del aprendizaje. Algunas de la sintomatologías características podrian ser fantasear, lentitud en iniciar y realizar el trabajo escolar, ansiedad por el resultado del trabajo, hipereactividad emocional, ensimismamiento o hablar demasiado entre otros.

Estudios revelan que el TDAH afecta entre un 5 y un 10% de la población infantil, llegando incluso a la edad adulta en el 60% de los casos.

 


Tratamiento:
Los cuatro pilares que conforman el tratamiento multimodal del TDHA son el tratamiento farmacológico, la intervención psicológica, la intervención familiar y la intervención psicopedagógica.

La interevención psicológica se basa en el uso de tecnicas de modificación de conducta y cognitivas así como técnicas para el manejo de la ansiedad y el estrés, entrenamiento en habilidades sociales e intervención psicoeducativa con los padres entre otras


 

martes, 12 de marzo de 2013

La depresión infantil y juvenil



La depresión también puede afectar a los niños y adolescentes, aunque debemos distinguir cuando hay a depresión y cuando el niño solamente está triste. Mientras que la tristeza es experimentada por todos nosotros en algun momento dado de nuestra vida, la depresión conlleva otros síntomas adiconales a la tristeza y su duracción e influencia causa un malestar significativo en las diferentes áreas de nuestra vida .


Los síntomas de la depresión en los niños y los adolescentes pueden variar con respecto a los adultos. Mientras que en el adulto es más habitual los sentimientos de tristeza, en el niño o el adolescente la tristeza puede sustituirse por encontrarse más irritable y sin energía y/o mostrar más rabietas y altos niveles de ansiedad. Es probable que acudan a la consulta por molestias físicas como dolores de cabeza o estómago o que se de una disminución del rendimiento escolar. En el caso de la adolescencia, la depresión puede coincidir con cambios de carácter y de comportamiento, episodios de mayor rebeldía y desobediencia y de inicio de consumo de drogas y alcohol. Aunque estos comportamientos pueden darse en los adolescentes como una conducta transitoria y ajustada al periodo por el que pasan, debemos diferenciarlos de los síntomas de una depresión. Para ello habría que considerar la duracción (más de dos semanas) y el malestar significativo que producen en las diferentes áreas de la vida cotidiana.


Los síntomas de la depresión pueden variar de un menor a otro. Los dos síntomas fundamentales de la depresión son:

  • Predominio de un ánimo bajo o sentirse triste la mayor parte del tiempo.
  • Perdida de interés en las actividades con las que anteriormente se disfrutaba, como jugar con otros niños o sus juguetes o salir con sus amigos en el caso de los adolescentes. Preferencia por estar solos.

  • Otros posibles síntomas que se pueden presentar en el niño o adolescente son:
  • Irritabilidad (enfadarse facilmente, presentar más rabietas o pataletas que anteriormente, se sienten más ansiosos)
  • Pérdida de energia o cansancio excesivo
  • Llorar con facilidad y con frecuencia
  • Dificultades para dormir: tener problemas para dormir por la noche, despertarse en medio de la noche o no querer levantarse por las mañanas.
  • Aumento o disminución del apetito.
  • Pensamientos negativos sobre uno mismo, por ejempo que no valen nada o que no hacen nada bien...
  • Dificultades para concentrarse y/o problemas de atención y memoria que afectan al rendimiento escolar.
  • Hiper o hipo mobilidad. Cambio en cuanto a la actividad, bien se mueven mucho o bien se mueven poco y se encuentran apáticos.
  • Síntomas físicos sin causa fisiológica como dolores de cabeza o de estómago, palpitaciones etc
  • Ideas suicidas como querer morirse, no querer vivir o irse para siempre.

  • El tratamiento de la depresión en menores comienza con la evaluciación de las posibles causas del trastorno.Posteriormente se comienza la intervención psicológica propiamente dicha. En esta, las tecnicas cognitivas y conductuales han demostrado ser las más efectivas en la disminución de los síntomas depresivos. Se utilizan estrategias como la planificación de activicades agradables, entrenamiento en habilidades sociales, las tecnicas de relajación y la reestructuración cognitiva entre otras.

    En los casos más graves de depresión, la intervención psicológica debe ser combinada con el uso de psicofármacos.

    lunes, 4 de marzo de 2013

    ¿Los problemas de comportamiento de mi hijo forman parte de un trastorno de conducta?

     TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE


    El trastorno negativista desafiante es considerado como un trastorno del comportamiento cuyos síntomas principales son los comportamiento desafiantes, no cooperativos, irritables y negativos hacia sus padres, maestros, compañeros u otras personas que estén en posición de autoridad. Tales comportamientos aparecerán de forma invariable en el contexto familiar, pudiendo manifestarse o no, en otros contextos como la escuela.
      
    Estos menores se caracterizan por perder el control con facilidad y ser discutidores, desafiantes y provocadores. Comprueban una y otra vez los límites establecidos, ignorando órdenes y molestando deliberadamente o agrediendo verbalemnte.
      
    Para que se diagnostique el trastorno es necesario que el patron de comportamiento negativista y hostil  dure al menos seis meses y se den al menos 4 o más de los siguientes síntomas:
    A menudo...
    1. se encoleriza e incurre en pataletas
    2. discute con adultos
    3. desafía activamente a los adultos o rehusa cumplir sus obligaciones
    4. molesta deliberadamente a otras personas
    5. acusa a otros de sus errores o mal comportamiento
    6. es susceptible o fácilmente molestado por otros
    7. es colérico y resentido
    8. es rencoroso o vengativo
    Como consecuencias secudarias a estas dificultades, los niños y adolescentes suelen mostrar escasa tolerancia a la frustración, animo bajo, depresión y baja autoestima.
      
    El trastorno se manifiesta antes de los 8 años habitualmente y no más tarde del inicio de la adolescencia e interfiere casi siempre en sus relaciones interpersonales, su vida familiar y su rendimiento escolar.  
    Es necesario diferenciar cuando se trata de comportamientos normales y cuando los comportamientos forman parte de el trastorno negativista desafiante. Podemos afirmar que la mayoría de los síntomas observados en niños y adolescentes que tienen el trastorno también pueden observarse a veces en menores que no lo padecen. Tales conductas se observan de manera más frecuente en los niños entre 2 y 3 años de edad, ya que en esta etapa comienzan a formar su propia identiddad así como a establecer su autonomía y a impornerse normas y controles. Igualmente, estos comportamientos también los podemos observar en la adolescencia, pues en esta etapa se mostratrán conductas desobedientes, hostiles y provocadores que buscan expresar su necesidad de independizarse de sus padres y mostrar su identidad. De esta manera, aunque podemos observar estos comportamientos como normales en estas edades, en el caso de los niños que padecen el trastorno tales comportamientos se dan de forma más frecuente que en otros menores de la misma edad e interfieren de forma significativa en sus actividades cotidianas.
      
    El tratamiento del trastorno negativista desafiante se fundamentará en la terapia individual y la terapia familiar. En la terapia individual se tratará el desarrollo de habilidades sociales, la resolución de problemas, el entrenamiento en autoinstrucciones, las habilidades para el control de los impulsos y la ira, y la reestructuración cognitiva. En la terapia familiar se busca introducir cambios en la familia, mejorarndo la comunicación, la interacción de sus miembros y facilitando nuevas herramientas de crianza de los hijos.